Así afecta el confinamiento a la industria del sexo

El coronavirus ha traído consigo la mayor pandemia del siglo XX. Los Gobiernos se ven obligados a mantener a sus ciudadanos confinados en sus hogares y por mucho que se estén tomando medidas para salvar la economía, millones de trabajadores ya están sintiendo los efectos de esta pandemia en sus hogares. Las noticias en televisión nos hablan de las perdidas millonarias en sectores como la hostelería o el comercio, sin embargo, hay muchos otros gremios como el de los trabajadores sexuales que comienzan a sufrir las consecuencias. Y es que en la mayoría de los países al haberse decretado el confinamiento de todos los ciudadanos, negocios como la prostitución o los locales de striptease están perdiendo prácticamente todos sus ingresos.

Si bien es cierto que dentro de la industria del sexo modalidades como las webcams eróticas o el sexo telefónico están viendo incrementada su demanda, sectores más tradicionales como la prostitución o el baile erótico están al borde del colapso. En lugares como Países Bajos, donde las medidas no son tan estrictas, todavía se pueden encontrar locales de striptease abiertos. Sin embargo, también en este sitio los trabajadores sexuales tienen que hacer frente a una caída de la demanda de sus servicios. Las autoridades les obligan a mantener una distancia de seguridad de metro y medio y, por tanto, se les impide muchas formas de trabajo sexual. En su lugar, y al igual que el resto de Gobiernos, las autoridades de Países Bajos aconsejan a su población que se limiten al consumo de vídeos eróticos, lineas calientes y webcams eróticas.

En definitiva, en esta situación tan dura se encuentran en estos momentos gran parte de los profesionales del sexo, ya que su única fuente de ingresos ha sido diezmada por el coronavirus. Tan solo, y como ya hemos indicado, se salvan sectores como las webcams eróticas pues los profesionales de esta especialidad desarrollan su trabajo en su propio hogar. En estos momentos los sectores de la industria sexual más afectados por la pandemia son:

Empleados de gang bangs

Los gang bangs se han convertido en una práctica sexual muy popular en los últimos años. Cientos de profesiones del sexo se ganan la vida reuniendo en un local propio (generalmente alquilado) a decenas de personas para llevar a cabo esta práctica sexual. Este gremio denuncia que desde la imposición de la cuarentena la mayoría de sus clientes ha cancelado sus reservas, sin embargo, éstos todavía siguen viajando en autobús o en metro a sus trabajos. En otros lugares como Países Bajos -donde todavía se permite asistir a estos eventos- la demanda se ha reducido en un 75% por el miedo a contraer el virus. En definitiva, este grupo ha perdido toda o casi toda su fuente de ingresos y apenas pueden llegar a fin de mes. Sin embargo, todavía tienen que seguir pagando el alquiler de los locales donde realizaban su trabajo.

Prostitución

A pesar del coronavirus la prostitución no ha cesado. Todavía hay quienes se arriesgan a una multa por seguir haciendo su trabajo en la calle, mientras que otros lo llevan a cabo en apartamentos alquilados con muy poca higiene. Además, también están haciendo frente a las críticas de los clubes que sí han tenido que cerrar y a la falta de protección policial. Quienes no pueden acceder a una habitación para ejercer su trabajo no tienen más remedio que seguir en la calle y, por consiguiente, corren un gran riesgo (contagios, robos, palizas.)

En lugares como el Barrio Rojo de Amsterdam la pandemia está haciendo estragos. Los trabajadores sexuales tienen que seguir pagando el alquiler (entorno a 700 euros) sin ingreso alguno. Muchos han solicitado al gobierno volver a sus países de origen sin obtener respuesta. Por el momento, las diferentes asociaciones del gremio están intentando que los trabajadores sexuales no terminen en la calle. Sin embargo, sin la ayuda del Gobierno todo "pinta muy oscuro". Para intentar sobrevivir, muchos han comenzado a buscar otras alternativas como, por ejemplo, los vídeos amateur. Sé graban realizando diferentes práctica sexuales para después vendérselas a las páginas de pornografía.

Locales de striptease

Antes de que el coronavirus comenzara a hacer estragos en los países europeos, muchos locales de striptease ya había comenzado a notar los efectos de la pandemia. Los clubes de sexo más grandes de Europa, establecimientos donde se organizan fiestas, orgías, y demás, empezaron a recibir solicitudes de cancelación por parte de sus clientes. Finalmente, tuvieron que cerrar para preservar la salud de sus empleados que tambien incluyen a miles del sector de la hostelería. Los locales están perdiendo millones por permanecer cerramos, mientras que sus empleados (gogos, strippers, camareros, seguridad, etc.) están viviendo una autentica pesadilla.

Al igual que en los otros grupos, los trabajadores sexuales de estos locales han comenzado a ganarse la vida en las webcams eróticas o en el sexo telefónico. Como así lo demuestran las declaraciones -para Vice- de Mandy Slim (gogo y stripper): «Tengo suerte porque hay trabajos eróticos que todavía puedo realizar sin estar físicamente presente. He estado haciendo sesiones por webcams eróticas durante un tiempo y estoy aliviada porque puedo apoyarme en eso. Y la demanda ha crecido, porque la gente está en casa».