Cómo nos masturbábamos antes de que apareciese Internet

Está claro que, ahora mismo, si te apetece disfrutar de algo de porno con sólo abrir tu ordenador o tu smartphone tienes casi cualquier cosa al alcance de tu mano.

Pero ¿recuerdas o sabes cómo se recurría al porno antes de que existiera Internet? Quien quería tocarse debía recurrir a otro tipo de cosas y hoy os contamos como lo hacían durante los años 80 y 90 para masturbarse y darse un poquito de placer a sí mismos.

Aunque todavía sigan existiendo aunque en menor medida, hace unos años muchos eran los que recurrían a revistas porno para masturbarse. En ellas aparecían imágenes de penetraciones y felaciones, sin movimiento por supuesto. Con eso bastaba para excitarse y tocarse, ya fuese en la cama, en el baño, o donde pillaras.

También teníamos las películas porno, aunque en VHS o DVD. Sin internet, pasar desapercibido parecía algo imposible si te gustaba disfrutar de películas de cine X, ya que tenías que acudir al videoclub a la sección de adultos y pasar un ratito de vergüenza cuando te procesaban el alquiler de las películas. Además, estas películas duraban una hora y media, por lo que si querías ir directo al tema tenías que adelantarla y vivir el miedo de que se pudiese estropear la cinta. Una verdadera experiencia.

Otra de las formas que había para poder excitarse un poco era viendo la televisión, aunque en horarios normales no había porno como tal, sí que podías disfrutar de vez en cuando de alguna película erótica. Eso y la película porno codificada de los viernes era lo máximo de lo que podías beneficiarte si no tenías contratado el ya olvidado Canal Plus. Si ese no era tu caso, podrías disfrutar de diferentes canales y películas porno a altas horas de la madrugada para darte un poquito de placer en la intimidad.

Por otro lado, también se podía acudir a las líneas eróticas telefónicas, lo único que debías esperar a estar solo en casa, si es que vivías con más gente, ya que tampoco existían los móviles y debía hacerse pegado al teléfono fijo. Un poco dificultoso pero era lo máximo que podías acercarte al servicio profesional del mundo del porno.

Y por último y aunque suene algo extraño, muchos eran los que recurrían a las cartas… Sí, has leído bien, a las cartas de papel con sus novias o amantes. Era como el sexo por whatsapp pero con unos cuantos días de retraso, ya que muchos eran los que se quedaban con el calentón hasta que su amante le respondía.