Cómo las tiendas de artículos fetichistas promueven las ventas y la liberalización sexual

Tanto los especialistas en sexualidad como las industrias del sexo, así como recientes encuestas demuestran que la mayoría del público está interesado en las perversiones. Ya sea por la liberación sexual de las últimas décadas o por cualquier otro motivo, lo cierto es que cada vez más personas sienten debilidad por las prácticas sexuales fetichistas o cercanas a estas. Recientes estudios afirman, en especial en los Estados Unidos y el Reino Unido, que la mayoría de los encuestados ponen cada vez más atención en esta variante sexual. Sin embargo, resulta sorprendente que apenas un tercio de estas personas han probado algún tipo de actividad fetichista. Pero, ¿por qué ocurre esto? Algunos especialistas achacan este problema a una simple diferencias de intereses entre los participantes. Por ejemplo, puede que un acto como la dominación resulte interesante para un individuo mientras que para su pareja sea justo todo lo contrario. No obstante, esto no esclarece por completo la brecha que existe entre quienes están interesados por estas perversiones y quienes las han llevado a la práctica.

Quizás, el miedo a sentirse rechazados o juzgados sea otro factor importante que explique esta brecha tan grande. Parece cosa de otro tiempo, sin embargo, las actividades fetichistas aún siguen siendo vistas como algo de mal gusto por los sectores más conservadores de la sociedad. Las practicas BDSM o similares, con sus posiciones extravagantes, tirones de pelo, asfixias o mordidas, siguen siendo un tabú para la gran mayoría. Por desgracia, esto provoca que muchos interesados en estas perversiones no puedan llevarlas a cabo. Se sienten incapaces de ir a las tiendas a adquirir productos de este tipo. Evitan hablar con otras personas con gustos similares sobre el tema. Incluso, se alejan de plataformas de vídeos X o webcams porno especializadas en fetichismo por miedo a ser juzgados. Aunque este problema parece estar desapareciendo en muchos lugares, todavía falta un largo recorrido para que el fetichismo sea considerado como algo normal. Se necesitan educadores y terapeutas sexuales comprensivos, afirman los expertos en sexualidad.

En este sentido, las grandes empresas especializadas en la venta de juguetes eróticos fetichistas han decidido aportar su granito de arena a la causa. En los últimos años, muchos comerciantes de artículos fetichistas están adoptando una serie de comportamientos encaminados a la “liberalización” sexual fetichista. Una manera de proceder que consigue que los clientes pierdan el miedo o la vergüenza, tanto en espacios físicos como virtuales, a la hora de adquirir estos productos. Concretamente, estas son las tres pautas que han incorporado los minoristas a sus tiendas de juguetes sexuales:

1. Acabar con los mensajes subliminales negativos

Los establecimientos de venta de productos para adultos están alterando la forma y la decoración de sus tiendas. Si bien antes la mayoría de los vendedores de productos eróticos –en especial, fetichistas- presentaban un decorado triste u oscuro, en la actualidad estos mensajes subliminales negativos están desapareciendo. Cada vez más vendedores apuestan por iluminaciones brillantes con tonos acogedores, así como con espacios bien ordenados repletos de escaparates. De esta manera, consiguen trasmitir a los interesados en productos fetichistas que no tienen de que avergonzarse. Los proveedores de artículos en línea, a la postre los más demandados, también han decido adoptar este enfoque en el diseño de sus sitios webs. Tanto físicos como virtuales los establecimientos ya no intentan ocultar sus productos, sino que alientan su compra. Además, también están ofreciendo más información y educación a los clientes. Todas estas pautas han generado que en muchos lugares, por fin, se esté normalizando la compra de esta clase de juguetes eróticos. Cada vez más personas anónimas, estrellas del cine erótico o modelos de las webcams porno comprar artículos fetichistas.

2. Brindar recorridos o demostraciones

Otra manera de facilitar la compra de estos artículos a los clientes es ofrecerles una demostración de cada uno de ellos, o bien un recorrido por el establecimiento. Con estas simples actividades los interesados se sienten más cómodos y orientados en el espacio. Al estar más relajados las posibilidades de que compren los productos se multiplican, puesto que ya no tienen reparos en preguntar o interactuar con los empleados. Las tiendas les enseñan que no deben sentirse avergonzados por sus preferencias sexuales. ¡No tienen nada que ocultar! Además de un recorrido por la tienda los vendedores también proporcionan demostraciones en persona o virtuales de cada uno de sus artículos fetichistas. Es decir, les muestran las cualidades, capacidades y funcionamiento de cada producto. Cuanto más puedan conocer los amantes de estos objetos, más sencillo lo tienen a la hora de revelar sus preferencias y adquirirlos. Al fin y al cabo, los artículos fetichistas cada vez son más populares en las películas pornográficas y en las webcams porno.

3. Equilibrio entre negocio y empatía

Los empleados y gerentes de los establecimientos intentan trasmitir naturalidad y empatía a sus clientes. Mostrarles que sus deseos son iguales que los demás. Que no tienen que sentir vergüenza. Para ello tratan de mantener una conversación con el cliente con un tono cercano y amistoso. Se trata de tener un punto intermedio entre el interés por vender el producto y compartir el entusiasmo y sentimientos del público. Deben reconocer las emociones que sienten los clientes al tiempo que les ofrecen información detallada sobre los artículos. También consejos sobre cómo pueden sacar el máximo provecho a las actividades fetichistas con esos juguetes eróticos. Y es que sobre sexualidad no hay nada escrito. Cada persona tiene sus propias debilidades. Unos prefieren el sexo convencional en persona, otros las prácticas fetichistas en grupo, algunos el sexo en solitario en salas de webcams porno… ¡No hay nada escrito!

Conclusión: Todos tratamos de explorar cosas nuevas dentro de nuestra zona de confort: sexo en pareja o durante la visualización de vídeos X, webcams porno… Sin embargo, resulta fundamental traspasar estos límites para experimentar de verdad algo nuevo o interesante. Por desgracia, si estas debilidades sexuales se alejan demasiado de lo que la mayoría considera normal superar estos límites se convierte en una quimera. En este sentido, el trabajo que están realizando las tiendas de juguetes sexuales está siendo fundamental para superar de una vez por todas estas barreras. Gracias a estas actitudes ahora cientos de curiosos o amantes del fetichismo sienten que sus debilidades sexuales no son nada de lo que avergonzarse. Por supuesto, siempre y cuando lo que se considere como una perversión no cruce la línea del consentimiento. Sea cual sea la práctica sexual, todas deben haber sido consensuadas previamente por los participantes.