La actriz porno Esperanza Gómez es la nueva imagen del canal Venus

Es una de las colombianas mejor pagadas en lo suyo, y no estamos hablando de esa que canta y mueve las caderas como poseída, no. Nos referimos a Esperanza Gómez, una veteranita en el mundo del porno que a sus 31 años (ya va para MILF) es la flamante imagen del canal Venus y una de las estrellas del porno más cotizadas.

Con diferentes peinados y colores de cabello, la hemos podido ver en un buen número de producciones de calidad (alrededor de doscientas películas ha rodado la muchacha), pero lo que son inconfundibles son sus formas latinas, sus profundos ojos negros, su metro setenta de estatura y sus pechos retocados pero de apariencia perfecta y saludable. Sí, mira bien la foto del artículo, seguro que la conoces.

Quizá también la hayas podido disfrutar en reportajes y fotografías como modelo de glamur, pero ella, al contrario que otras modelos, no se ha quedado en lo ?soft?; desde bien jovencita ya sintió atracción por eso del porno, aunque vivía en un hogar un tanto opresivo que la obligó a abandonarlo prematuramente y sufrir una dramática experiencia de abuso.

No obstante, y aunque siempre ha sido una persona muy recelosa de lo que se pudiera opinar sobre ella, se hizo fuerte y decidió dar la cara en el mundo del porno, aunque antes fue modelo de lencería e hizo algunos desfiles para diferentes marcas. También fue Playmate (enseñando bien esos pechos que Dios y el quirófano le han dado), y a mediados del 2000 ya era una de esas colombianas que están cañón y que puedes reconocer fácilmente en las diferentes revistas del quiosco.

Su inmersión en el mundo del cine para adultos no fue hasta 2009, año en el que debutó en una producción del conocido Josh Stone llamada ¿South Beach Cruising Three?, y lo hizo con su nombre real. A partir de entonces, su filmografía en el porno no hizo más que crecer y crecer. El ¿culpable? de que finalmente se lanzará a hacer porno fue su marido, con el que estuvo ensayando en casa (con húmedos y placenteros resultados) con diferentes vídeos amateur. En fin, los vídeos debieron de ser buenos, porque la chica se animó, y con ese currículo que traía bajo el brazo no le costó convertirse pronto en una de las actrices porno mejores pagadas.

Y es que tras unas experiencias nada románticas y poco satisfactorias sexualmente con otros hombres, su actual marido la animó a explorar su sexualidad a lo bestia, y por aquel entonces, antes de dedicarse al porno, frecuentaron un grupo swinger, lo que la ayudó a desinhibirse, y además la estimuló para aprender idiomas (mal pensados, el francés no, el inglés, que la chica quería ser estrella en el Hollywood porno ese).

Eso sí, no fue fácil grabar porno al principio, porque para Esperanza Gómez era un desdoblamiento de personalidad incómodo, como si no fuera ella en realidad. Hoy día, de hecho, es una actriz con un carácter muy fuerte, ruda en sus escenas, aunque melosa en el trato a la hora de hablar, y tiene muy claros dónde están los límites entre su trabajo y su vida privada. ¡Así que nada de tirarle los trastos!